viernes, 4 de noviembre de 2011

Las bolas rojas


-A Clarita le encantaba el jarabe para la tos. Sabía muy dulce, así que en cuanto comenzaba a costiparse, iba corriendo hasta su madre para recibir su ración de jarabe, y siempre pedía un poco más. Su madre le explica a menudo que las medicinas hay que tomarlas en la cantidad justa, pero nada parecía convencer a la niña.


-Una noche, Clarita tuvo un sueño muy extraño. Ella era minúscula, más pequeña que un mosquito, y vivía dentro de niño. Junto con muchos otros compañeros, eran los encargados de llevar unas bolitas rojas al otro lado de un gran puente, donde unos músicos las recogían y las convertían en notas musicales. Estaba contentísima haciendo aquello, porque con cada bolita que llegaba a su destino, el director de la orquesta fabricaba una nueva nota para continuar la bella música que hacía las delicias de todo el mundo.


-Al poco comenzaron a faltar bolitas, y la música de la orquesta perdió fuerza y alegría durante algún tiempo. El niño en que vivían se estaba poniendo malito.


-Por fortuna, enseguida el niño se tomó su medicina, y con el jarabe las bolitas rojas volvieron a aparecer y la alegría y la música retornaron a aquel lugar.
De pronto sonó una gran alarma: ¡el niño había tomado demasiado jarabe! Al momento, cientos de enormes bolas rojas aparecieron de golpe; eran tan pesadas que apenas podían con ellas. Se creó un gran desorden lleno de nervios, pues los músicos volvían a quedarse sin notas musicales. Clarita, en un esfuerzo increíble, pudo finalmente levantar una y comenzó a caminar por el puente. Pero era tan pesada, tan pesada, que el puente se rompió bajo sus pies. Y mientras caía por los aires, oyó cómo dejaba de sonar la música para siempre...


-Clarita se despertó de golpe, un poco asustada. Pero al pensar en su sueño pudo comprender cómo algo tan rico y tan bueno como un jarabe podía ser tan bueno cuando hacía falta, y tan peligroso cuando se tomaba en exceso. Y desde aquel día, sólo quería las medicinas si de verdad le hacían falta, y siempre que las tomaba le decía a su mamá:
- Justito, ¿eh?, que no se me llene el cuerpo de bolas rojas


Autor.. Pedro Pablo Sacristan


Valor Educativo
Mesura, la medida justa de las cosas escúchalo



Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Un relato para explicar la importancia de la medida justa de las cosas, centrado en el buen uso de los medicamentos

Ambientación
Un sueño


Personajes
Un niña, jarabe y un extraño sueño

http://cuentosparadormir.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...