jueves, 28 de julio de 2011

Cuentos para imaginar: La fuente gris


Había una vez un niño que paseando por un bosque creyó escuchar una triste lamento, como si lloraran cantando. Siguiendo el ruido llegó hasta una gran fuente circular, misteriosa y gris. De su estanque parecía surgir aquel sollozo constante; y al asomarse, entre las sucias aguas de la fuente no vió más que un grupo de grises peces girando en círculo lentamente, de cuyas bocas surgía un sollozo con cada vuelta al estanque.
Divertido por la situación, el niño trató de atrapar uno de aquellos increíbles peces parlantes, pero al meter la mano en el agua, se volvió gris hasta el codo, y una enorme tristeza le invadió, al tiempo que comprendió enseguida la tristeza de aquellos peces: sentía lo mismo que sentía la tierra, y se sentía sucio y contaminado.
Sacó la mano del agua rápidamente, y se fue corriendo de allí. Pero aquella mano siguió gris, y el niño siguió sintiéndose triste.
Probó muchas cosas para alegrarse, pero nada funcionaba, hasta que se dió cuenta de que sólo devolviendo la alegría a la tierra podría él estar alegre. Desde entonces se dedicó a cuidar del campo, de las plantas, de la limpieza del agua, y se esforzaba porque todos obraran igual. Y tuvo tanto éxito, que su mano fue recobrando el color, y cuando el gris desapareció completamente, y volvió a sentirse alegre, se atrevió a volver a ver la fuente. Y desde lejos pudo oír los alegres cánticos de los peces de colores, que saltaban y bailaban en las cristalinas aguas de aquella fuente mágica. Y así supo que la tierra volvía a estar alegre, y él mismo se sintió de verdad alegre.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Respeto al medio ambiente


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Cuidar el medio ambiente es un motivo de alegría sincera

Ambientación
Una fuente en un bosque


Personajes
Un niño, una fuente, y unos peces mágicos

Cuentos para imaginar: ¡¡Ya no aguanto más!!


Había una vez dos puertas en la misma casa. Una era una bella puerta de salón, mientras que la otra era una puerta de baño del montón, pero en lo que coincidían ambas era en que llevaban una vida de perros. La casa estaba llena de niños traviesos y descuidados que no dejaban de arrearles portazos y golpes día tras día.
Cada noche, cuando todos dormían, las puertas comentaban su mala fortuna, pero mientras la puerta de salón se mostraba siempre harta y a punto de explotar, la puerta de baño la tranquilizaba diciendo:
- No te preocupes, es normal; son niños y ya aprenderán; aguanta un poco y verás cómo todo cambiará a mejor.
Y la puerta de salón se calmaba por algún tiempo. Pero un día, tras una gran fiesta en la casa llena de golpes y portazos, explotó diciendo:
"Ya está bien. No aguanto más. Al próximo portazo que me den, me rompo y se van a enterar de lo que es bueno.
No hizo caso de las palabras de la otra puerta, y cuando al día siguiente recibió su primer golpe, la puerta del sálón se rompió. Aquello causó un gran revuelo y preocupación en la casa, y los niños fueron advertidos para tener más cuidado, lo que llenó de satisfacción a la puerta, que saboreaba su venganza.
Pero pasados los primeros días de problemas, los dueños de la casa se hartaron de la incomodidad de tener una puerta rota. Sin embargo, en lugar de arreglarla, decidieron cambiarla, así que sacaron de su sitio la antigua puerta y sin ningún miramiento la abandonaron junto a la basura.


Entonces la bella puerta de salón se lamentó de lo que había hecho, pues por no haber aguantado un poco más, ahora se veía esperando a ser convertida en serrín, mientras que su amiga, la vulgar puerta de baño, seguía en su sitio y además era tratada con más cuidado...
Afortunadamente, la puerta de salón no acabó hecha serrín, porque un hombre muy pobre la descubrió junto a la basura y aunque rota, le pareció la mejor puerta que podía encontrar para su pobre casa; y la puerta fue feliz de tener otra oportunidad y volver a hacer de puerta, y de aceptar con agrado las incomodidades de un trabajo tan duro y tan digno como es ser una puerta.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Paciencia y espíritu de sacrificio


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
El espíritu de sacrificio permite aguantar con esfuerzo hasta conseguir que las cosas cambien

Ambientación
Una casa


Personajes
Dos puertas en una casa de niños

Cuentos para imaginar: Amigas desde la huerta


Lula y Lila eran dos plantas de espinacas que nacieron en un mismo huerto y habían sido amigas desde entonces. Habían pasado juntas por los terribles fríos del invierno y los largos días de sol, y siempre se habían apoyado mutuamente, en espera de llegar a aquel momento mágico con que toda espinaca soñaba: el momento de servir de comida a un niño y transmiterle toda su fuerza.


Así que cuando llegó la hora de la cosecha, fueron juntas y felices a la fábrica de preparado, y de allí a la de envasado, y de allí al supermercado, donde fueron expuestas en uno de los mejores estantes. Ambas veían emocionadas pasar las señoras con sus cestas, fijándose en aquellas a las que acompañaba algún niño. Pasó todo un día entero sin que nadie se acercara, pero justo antes del cierre, una señora se acercó demasiado al estante, y sin darse cuenta golpeó la bolsa de Lula, que cayó al suelo, justo antes de que uno de los pies de la señora la empujara bajo la estantería.


Nadie se dio cuenta de aquello, y Lula pasó toda la noche llorando, sabiendo que se quedaría bajo el estante hasta ponerse mohosa. Lila, muy apenada, se lamentaba de la suerte de su amiga, sin poder hacer nada. Al día siguiente, cuando a media mañana se acercó una señora acompañada por un niño adorable, dispuesta a comprar la bolsa de Lila, ésta no podía alegrarse pensando en la desgracia de Lula. Y en un momento de locura y amistad, hizo un último esfuerzo por ayudar a su amiga de la infancia: justo cuando el niño iba a agarrar la bolsa, Lila sé dejó caer del estante y fue a parar al suelo junto a Lula. El niño, sorprendido y divertido, se agachó y sin darse cuenta cogió ambas bolsas.


Lila acabó con un par de tallos rotos, pero no le importó hacer aquello por salvar a su amiga. Y cuando horas después compartía el plato del niño con Lula, se sintió la espinaca más feliz del mundo por poder cumplir su sueño junto a su mejor amiga.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán

Valor Educativo
Amistad (y un poco de comida sana)


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
La amistad se demuestra principalmente en los malos momentos

Ambientación
Un supermercado


Personajes
Dos plantas de espinacas y un niño

miércoles, 27 de julio de 2011

Cuentos para imaginar: El árbol y las verduras


Había una vez un precioso huerto sobre el que se levantaba un frondoso árbol. Ambos daban a aquel lugar un aspecto precioso y eran el orgullo de su dueño. Lo que no sabía nadie era que las verduras del huerto y el árbol se llevaban fatal. Las verduras no soportaban que la sombra del árbol les dejara la luz justa para crecer, y el árbol estaba harto de que las verduras se bebieran casi todo el agua antes de llegar a él, dejándole la justa para vivir.
La situación llegó a tal extremo, que las verduras se hartaron y decidieron absorber toda el agua para secar el árbol, a lo que el árbol respondió dejando de dar sombra para que el sol directo de todo el día resecara las verduras. En muy poco tiempo, las verduras estaban esmirriadas, y el árbol comenzaba a tener las ramas secas.
Ninguno de ellos contaba con que el granjero, viendo que toda la huerta se había echado a perder, decidiera dejar de regarla. Y entonces tanto las verduras como el árbol supieron lo que era la sed de verdad y estar destinados a secarse.
Aquello no parecía tener solución, pero una de las verduras, un pequeño calabacín, comprendió la situación y decidió cambiarla. Y a pesar del poco agua y el calor, hizo todo lo que pudo para crecer, crecer y crecer... Y consiguió hacerse tan grande, que el granjero volvió a regar el huerto, pensando en presentar aquel hermoso calabacín a algún concurso.
De esta forma las verduras y el árbol se dieron cuenta de que era mejor ayudarse que enfrentarse, y de que debían aprender a vivir con lo que les tocaba, haciéndolo lo mejor posible, esperando que el premio viniese después.
Así que juntos decidieron colaborar con la sombra y el agua justos para dar las mejores verduras, y su premio vino después, pues el granjero dedicó a aquel huerto y aquel árbol los mejores cuidados, regándolos y abonándolos mejor que ningún otro en la región.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Generosidad, saber compartir, sobriedad


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Hay muchas que dependen de que todos colaboren para que salir bien, y al mismo tiempo de que todos cedan un poco.

Ambientación
Una granja


Personajes
Un árbol y las verduras de un huerto

Cuentos para imaginar: Globos acrobáticos


Por fin llegó el día del gran concurso de globos acrobáticos. Todos los insectos del jardín habían estado entrenando duro, y ahora se preparaban para comenzar sus piruetas. Los concursos de globos eran algo especialísimo, pues sólo podían celebrarse tras alguna gran fiesta que hicieran los niños de la casa, y había muy poco tiempo antes de que se hiciera limpieza general y los papás retirasen todos los globos.
Como cada año, los favoritos eran los insectos voladores, pues agarrados a la cuerda del globo podían llevarlo de aquí para allá trazando figuras a voluntad. Pero aquella vez había también unos participantes un poco peculiares: un grupo de hormigas. Por supuesto, nadie esperaba que hicieran nada especial, tenían tan poco peso que jamás se había presentado ninguna, pero llamaba la atención verlas a todas perfectamente uniformadas y preparadas.
Así, los distintos concursantes fueron desarrollando sus espectáculos, consiguiendo figuras con los globos realmente bellas: la mariposa y la luciérnaga, como siempre, dejaron a todos boquiabiertos con su giros y su juego de colores, y cuando les tocó el turno a las hormigas, todo parecía decidido. Las hormigas, sin embargo, por primera vez desde que se recordaba, compartieron un mismo globo; y una a una fueron trepando por la cuerda colgante, formando una delgada hilera negra. Cuando hubieron cubierto toda la cuerda del globo, la última hormiga trepó por encima de sus compañeras hasta llegar al globo, y después, siguió hasta lo más alto. Aquel extraño montaje atrajo la curiosidad de todos, que entonces pudieron ver el toque final: la hormiga abrió las tenazas de su boca tanto como pudo.. ¡y le asestó un buen mordisco al globo!. ¡¡¡Pssssssss!!!
Aquello fue apoteósico: el globo comenzó a resoplar su aire, moviéndose alocadamente aquí y allá, haciendo mil piruetas, mientras las hormigas, perfectamente sincronizadas, iban representando bellas figuras colgadas de la cuerda, todas trabajando a un tiempo por conseguir el dibujo más bello.
Por supuesto, aquel acrobático vuelo terminó con un buen golpe, pero dio igual: la exhibición de la originalidad y el trabajo en equipo de las hormigas fue tan impresionante, que ni siquiera hizo falta votar al ganador.
Desde entonces, todos se dieron cuenta de lo lejos que se puede llegar haciendo las cosas juntos, por muy difícil que lo parezca para uno sólo, y los concursos de los años siguientes estuvieron repletos de grupos participantes con espectáculos que nunca podría haber conseguido un insecto por su cuenta.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Trabajo en equipo e ingenio


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Trabajando en equipo pueden hacerse muchas más cosas de lo que cada uno podría hacer por su cuenta

Ambientación
Un jardín tras una gran fiesta Los insectos del jardín y unos globos


Personajes
Los insectos del jardín y unos globos

Cuentos para imaginar: La pequeña Estrella de Navidad


De entre todas las estrellas que brillan en el cielo, siempre había existido una más brillante y bella que las demás. Todos los planetas y estrellas del cielo la contemplaban con admiración, y se preguntaban cuál sería la importante misión que debía cumplir. Y lo mismo hacía la estrella, consciente de su incomparable belleza.


Las dudas se acabaron cuando un grupo de ángeles fue a buscar a la gran estrella:


- Corre. Ha llegado tu momento, el Señor te llama para encargarte una importante misión.


Y ella acudió tan rápido como pudo para enterarse de que debía indicar el lugar en que ocurriría el suceso más importante de la historia.
La estrella se llenó de orgullo, se vistió con sus mejores brillos, y se dispuso a seguir a los ángeles que le indicarían el lugar. Brillaba con tal fuerza y belleza, que podía ser vista desde todos los lugares de la tierra, y hasta un grupo de sabios decidió seguirla, sabedores de que debía indicar algo importante.


Durante días la estrella siguió a los ángeles, indicando el camino, ansiosa por descubrir cómo sería el lugar que iba a iluminar. Pero cuando los ángeles se pararon, y con gran alegría dijeron “Aquí es”, la estrella no lo podía creer. No había ni palacios, ni castillos, ni mansiones, ni oro ni joyas. Sólo un pequeño establo medio abandonado, sucio y maloliente.


- ¡Ah, no! ¡Eso no! ¡Yo no puedo desperdiciar mi brillo y mi belleza alumbrando un lugar como éste! ¡Yo nací para algo más grande!


Y aunque los ángeles trataron de calmarla, la furia de la estrella creció y creció, y llegó a juntar tanta soberbia y orgullo en su interior, que comenzó a arder. Y así se consumió en sí misma, desapareciendo.


¡Menudo problema! Tan sólo faltaban unos días para el gran momento, y se habían quedado sin estrella. Los ángeles, presa del pánico, corrieron al Cielo a contar a Dios lo que había ocurrido. Éste, después de meditar durante un momento, les dijo:


- Buscad y llamad entonces a la más pequeña, a la más humilde y alegre de todas las estrellas que encontréis.


Sorprendidos por el mandato, pero sin dudarlo, porque el Señor solía hacer esas cosas, los ángeles volaron por los cielos en busca de la más diminuta y alegre de las estrellas. Era una estrella pequeñísima, tan pequeña como un granito de arena. Se sabía tan poca cosa, que no daba ninguna importancia a su brillo, y dedicaba todo el tiempo a reír y charlar con sus amigas las estrellas más grandes. Cuando llegó ante el Señor, este le dijo:


- La estrella más perfecta de la creación, la más maravillosa y brillante, me ha fallado por su soberbia. He pensado que tú, la más humilde y alegre de todas las estrellas, serías la indicada para ocupar su lugar y alumbrar el hecho más importante de la historia: el nacimiento del Niño Dios en Belén.


Tanta emoción llenó a nuestra estrellita, y tanta alegría sintió, que ya había llegado a Belén tras los ángeles cuando se dio cuenta de que su brillo era insignificante y que, por más que lo intentara, no era capaz de brillar mucho más que una luciérnaga.


“Claro”, se dijo. “Pero cómo no lo habré pensado antes de aceptar el encargo. ¡Si soy la estrella más pequeña! Es totalmente imposible que yo pueda hacerlo tan bien como aquella gran estrella brillante... ¡Que pena! Mira que ir a desaprovechar una ocasión que envidiarían todas las estrellas del mundo...”.


Entonces pensó de nuevo “todas las estrellas del mundo”. ¡Seguro que estarían encantadas de participar en algo así! Y sin dudarlo, surcó los cielos con un mensaje para todas sus amigas:


"El 25 de diciembre, a medianoche, quiero compartir con vosotras la mayor gloria que puede haber para una estrella: ¡alumbrar el nacimiento de Dios! Os espero en el pueblecito de Belén, junto a un pequeño establo."


Y efectivamente, ninguna de las estrellas rechazó tan generosa invitación. Y tantas y tantas estrellas se juntaron, que entre todas formaron la Estrella de Navidad más bella que se haya visto nunca, aunque a nuestra estrellita ni siquiera se la distinguía entre tanto brillo. Y encantado por su excelente servicio, y en premio por su humildad y generosidad, Dios convirtió a la pequeña mensajera en una preciosa estrella fugaz, y le dio el don de conceder deseos cada vez que alguien viera su bellísima estela brillar en el cielo.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Humildad y generosidad


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
La humildad y la generosidad pueden ayudar a conseguir mucho más incluso que aquellos llenos de condiciones naturales para la misma tarea.

Ambientación
El cielo en Navidad


Personajes
Dos estrellas y los ángeles del cielo

Cuentos para imaginar: Las columnas de la tierra


Érase una vez un niño que siempre trataba a su madre con gritos e insultos, sin importarle lo mucho que esto la entristecía. Un día, sin saber cómo, despertó en un lugar inmenso y solitario, sentado sobre una roca de la que surgían cuatro columnas que parecían sustentar el mundo entero. Estaba allí solo, cuando al poco vio llegar una inmensa bandada de cuervos con picos de metal que se lanzaron contra la roca, picoteándola con fuerza. Cuando volvió a estar sólo, misteriosamente se abrió una puerta en una de las columnas, y de ella salió una niña simpática y preciosa.
-¿Has venido a ayudarnos? ¡qué bien! nos hace falta toda la gente posible.
El niño no comprendía, y viendo su extrañeza, la niña le explicó.
-¿Así que no sabes dónde estás? Esto es el centro de la tierra, estas columnas lo sujetan todo, y la piedra sobre la que estás las mantiene unidas
-¿Y a qué queréis que os ayude?- dijo el niño extrañado.
- Pues a cuidar la piedra, claro. Se te ve en la cara que eres la persona ideal-respondió la niña-.Los pájaros que has visto son cada vez más numerosos, y si no cuidamos esta piedra un día se romperá y todo se vendrá abajo.
- ¿Que se me ve en la cara?-exclamó el niño sorprendido-¡Pero si nunca he cuidado una piedra!
- Pero aprenderás a hacerlo, igual que hasta ahora no lo has hecho. Toma, mírate en este espejo- respondió la niña mientras le ponía un espejo frente a la cara.
Entonces el niño se vio reflejado, y pudo ver claramente cómo su rostro parecía el de un pájaro, y su nariz comenzaba a estar metalizada. Quedó allí parado, asustado y preocupado, sin decir palabra.
- Todos esos pájaros fueron niños como tú y como yo-explicó la niña-pero ellos decidieron no cuidar este lugar. Ahora que son mayores, se han convertido en pájaros malvados que sólo lo destruyen. Hasta ahora, tú no has hecho mucho por cuidarlo, pero ahora que ya lo sabes, ¿me ayudarás a conservar todo esto? - dijo con una sonrisa mientras le tendía la mano.
El niño no terminaba de comprender todo aquello, pero entonces, al mirar de cerca las columnas, vió que cada una estaba hecha de miles y miles de figuritas representado los grandes valores: sinceridad, esfuerzo, honradez, generosidad.... Y al acercarse al suelo, comprobó que la enorme roca estaba formada por las diminutas historias de niños respetando a sus madres, abuelos, hermanos, ancianos... sobre la que los cuervos trataban de grabar escenas de gritos e insultos. Y junto a sus pies, pudo ver su propio dibujo, el de la última vez que había gritado a su madre. Aquella imagen, en aquel extraño lugar, le hizo ver que era el respeto lo que mantenía unidas las columnas de los valores que sostienen el mundo.
El niño, arrepentido, permaneció allí cuidando la roca durante días y días, con alegría y buenas obras, reponiendo el daño que causaba cada aparición de los pájaros, sin llegar a dormir un minuto. Así estuvo hasta que, agotado por el esfuerzo, cayó rendido.
Al despertar, volvía a estar en su casa, y no sabía si todo aquello había sido un sueño; pero de lo que sí estaba seguro, era de que ningún cuervo volvería a grabar un dibujo suyo gritando a su madre.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Respeto y el resto de valores fundamentales


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
El respeto es el valor que relaciona el resto de valores fundamentales sobre los que se sustenta la sociedad.

Ambientación
El centro de la tierra

Personajes
Un niño

martes, 26 de julio de 2011

Cuentos para imaginar: La Isla de los Inventos


La primera vez que Luca oyó hablar de la Isla de los Inventos era todavía muy pequeño, pero las maravillas que oyó le sonaron tan increíbles que quedaron marcadas para siempre en su memoria. Así que desde que era un chaval, no dejó de buscar e investigar cualquier pista que pudiera llevarle a aquel fantástico lugar. Leyó cientos de libros de aventuras, de historia, de física y química e incluso música, y tomando un poco de aquí y de allá llegó a tener una idea bastante clara de la Isla de los Inventos: era un lugar secreto en que se reunían los grandes sabios del mundo para aprender e inventar juntos, y su acceso estaba totalmente restringido. Para poder pertenecer a aquel selecto club, era necesario haber realizado algún gran invento para la humanidad, y sólo entonces se podía recibir una invitación única y especial con instrucciones para llegar a la isla.


Luca pasó sus años de juventud estudiando e inventando por igual. Cada nueva idea la convertía en un invento, y si algo no lo comprendía, buscaba quien le ayudara a comprenderlo. Pronto conoció otros jóvenes, brillantes inventores también, a los que contó los secretos y maravillas de la Isla de los Inventos. También ellos soñaban con recibir "la carta", como ellos llamaban a la invitación. Con el paso del tiempo, la decepción por no recibirla dio paso a una colaboración y ayuda todavía mayores, y sus interesantes inventos individuales pasaron a convertirse en increíbles máquinas y aparatos pensados entre todos. Reunidos en casa de Luca, que acabó por convertirse en un gran almacén de aparatos y máquinas, sus invenciones empezaron a ser conocidas por todo el mundo, alcanzando a mejorar todos los ámbitos de la vida; pero ni siquiera así recibieron la invitación para unirse al club.


No se desanimaron. Siguieron aprendiendo e inventando cada día, y para conseguir más y mejores ideas, acudían a los jóvenes de más talento, ampliando el grupo cada vez mayor de aspirantes a ingresar en la isla. Un día, mucho tiempo después, Luca, ya anciano, hablaba con un joven brillantísimo a quien había escrito para tratar de que se uniera a ellos. Le contó el gran secreto de la Isla de los Inventos, y de cómo estaba seguro de que algún día recibirían la carta. Pero entonces el joven inventor le interrumpió sorprendido:


- ¿cómo? ¿pero no es ésta la verdadera Isla de los Inventos? ¿no es su carta la auténtica invitación?


Y anciano como era, Luca miró a su alrededor para darse cuenta de que su sueño se había hecho realidad en su propia casa, y de que no existía más ni mejor Isla de los Inventos que la que él mismo había creado con sus amigos. Y se sintió feliz al darse cuenta de que siempre había estado en la isla, y de que su vida de inventos y estudio había sido verdaderamente feliz.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Tener ilusiones y aspiraciones


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Hay que ponerse grandes objetivos, pues con esfuerzo y constancia, podemos llegar a conseguir aún más de lo que nos propongamos

Ambientación
Un casa cualquiera

Personajes
Un joven y varios amigos inventores

Cuentos para imaginar: Las monedas del abuelo


Julia y sus primos iban cada mes a la gran comida familiar en casa de los abuelos, y esperaban con ilusión el momento en que su abuelo les daba unas monedillas "para que se comprarar cualquier cosa". Entonces todos los niños corrían a la tienda a comprar chicles, pipas o gominolas. Y como vieron abuelos, tíos y padres, que así los niños nunca aprenderían a manejar el dinero, les propusieron una prueba especial, y que en el plazo de un año enseñasen a todos qué eran capaces de conseguir con aquellas monedillas.


Algunos se propusieron ahorrar, pero Rubén y Nico, los más pequeñajos, no hicieron ni caso, y en cada visita siguieron gastando todo en golosinas. Cada semana presumían de sus dulces ante el resto de sus primos, riéndose y chinchándoles. Tanto les hicieron rabiar, que Clara y Jose dejaron su espíritu ahorrador por no aguantarles, y se unieron al grupo de los golosos que gastaban todo al momento.
Moncho era un chico muy listo, y decidió empezar a manejar su dinero con cambios, comprando y vendiendo cosas, o apostando con otros chicos a los cromos. En poco tiempo sorprendió a toda la familia, porque consiguió mucho dinero con poco esfuerzo, y al ritmo que llevaba terminaría siendo casi rico. Pero Moncho apenas tenía cuidado, cada vez se metía en cosas más arriesgadas, y unos meses después se quedó sin un céntimo, tras una mala apuesta en las carreras de caballos.
Alejandro demostró tener una voluntad de hierro. Ahorró y ahorró todo el dinero que le daban, deseoso de ganar el concurso, y al cabo del año pudo juntar más dinero que nadie, y con tanto dinero consiguió las golosinas mucho más baratas, así que el día de la prueba se presentó con dulces para mucho más de un año, y aún así le sobró dinero para comprarse algún juguete. Fue el ganador claro, y el resto de sus primos aprendieron de él las ventajas de saber ahorrar y esperar.


Aún quedaba Julia. La pobre Julia lo pasó mal el día del concurso, porque aunque tenía un plan muy secreto y estupendo, se había gastado sus monedas sin darle tiempo a terminarlo en un año. Pero estaba tan segura de lo bueno que era su plan, que decidió seguir con él y aguantó ver cómo Alejandro resultaba ganador, y la cara de sus tíos y abuelos, que parecían decirle "qué desastre de niña, no ha sido capaz de ahorrar nada".


Cuando estaba a punto de finalizar el segundo año, Julia dio una gran sorpresa a todos al aparecer en casa de los abuelos con un violín y mucho dinero. Aún más impresionante fue oirla tocar, porque lo hacía realmente bien, pero lo que terminó por entusiasmar a todos fue la historia de la pequeña violinista.
Todos sabían que la niña adoraba el violín, aunque en la familia no podían pagarle el instrumento ni las clases. Así que Julia, cuando conoció a un simpático y pobre violinista que tocaba en el parque, le ofreció todas las monedas que le diese su abuelo si le enseñaba a tocar. Aunque era poco dinero, el violinista aceptó encantado al ver la ilusión de la niña, y durante meses le enseñó con alegría. Julia puso tantas ganas e interés, que en poco más de un año el artista le prestó un violín para que pudieran tocar a dúo en el parque. Y tuvieron tanto éxito, que en poco tiempo Julia pudo comprar su propio violín, y aún le sobró bastante dinero.


Toda la familia la ayudó desde entonces a convertirse en una famosísima violinista, y contaban a cuantos conocían la historia de cómo unas monedillas bien gastadas fueron suficientes para hacer realidad los más grandes sueños de una niña.




Autor.. Pedro Pablo Sacristan


Valor Educativo
Gestionar el dinero


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
El dinero bien gastado puede dar mucho de sí más de lo que imaginamos, especilmente si nos ayuda a aprender y mejorar.

Ambientación
Una reunión familiar


Personajes
Una niña, su familia y un músico

Cuentos para imaginar: Billetes de Cielo


Había una vez un niño enfermo llamado Juan. Tenía una grave y rara enfermedad, y todos los médicos aseguraban que no viviría mucho, aunque tampoco sabían decir cuánto. Pasaba largos días en el hospital, entristecido por no saber qué iba a pasar, hasta que un payaso que pasaba por allí y comprobó su tristeza se acercó a decirle:
- ¿Cómo se te ocurre estar así parado? ¿No te hablaron del Cielo de los niños enfermos?


Juan negó con la cabeza, pero siguió escuchando atento.


- Pues es el mejor lugar que se pueda imaginar, mucho mejor que el cielo de los papás o cualquier otra persona. Dicen que es así para compensar a los niños por haber estado enfermos. Pero para poder entrar tiene una condición.
- ¿Cuál? - preguntó interesado el niño.
- No puedes morirte sin haber llenado el saco.
- ¿El saco?
- Sí, sí. El saco. Un saco grande y gris como este – dijo el payaso mientras sacaba uno bajo su chaqueta y se lo daba. - Has tenido suerte de que tuviera uno por aquí. Tienes que llenarlo de billetes para comprar tu entrada.
- ¿Billetes? Pues vaya. Yo no tengo dinero.
- No son billetes normales, chico. Son billetes especiales: billetes de buenas acciones; un papelito en el que debes escribir cada cosa buena que hagas. Por la noche un ángel revisa todos los papelitos, y cambia los que sean buenos por auténticos billetes de cielo.
- ¿De verdad?
- ¡Pues claro! Pero date prisa en llenar el saco. Llevas mucho tiempo enfermo y no sabemos si te dará tiempo. Esta es una oportunidad única ¡Y no puedes morirte antes de llenarlo, sería una pena terrible!


El payaso tenía bastante prisa, y cuando salió de la habitación Juan quedó pensativo, mirando el saco. Lo que le había contado su nuevo amigo parecía maravilloso, y no perdía nada por probar. Ese mismo día, cuando llegó su mamá a verle, él mostró la mejor de sus sonrisas, e hizo un esfuerzo por estar más alegre que de costumbre, pues sabía que aquello la hacía feliz. Después, cuando estuvo solo, escribió en un papel: “hoy sonreí para mamá”. Y lo echó al saco.


A la mañana siguiente, nada más despertar, corrió a ver el saco ¡Allí estaba! ¡Un auténtico billete de cielo! Tenía un aspecto tan mágico y maravilloso, que el niño se llenó de ilusión, y el resto del día no dejó de hacer todo aquello que sabía que alegraba a los doctores y enfermeras, y se preocupó por acompañar a otros niños que se sentían más solos. Incluso contó chistes a su hermanito y tomó unos libros para estudiar un poquito. Y por cada una de aquellas cosas, echó su papelito al saco.


Y así, cada día, el niñó despertaba con la ilusión de contar sus nuevos billetes de cielo, y conseguir muchos más. Se esforzaba cuanto podía, porque se había dado cuenta de que no servía el truco de juntar los billetes en el saco de cualquier manera: cada noche el ángel los colocaba de la forma en que menos ocupaban. Y Juan se veía obligado a seguir haciendo buenas obras a toda velocidad, con la esperanza de conseguir llenar el saco antes de ponerse demasiado enfermo...


Y aunque aún tuvo muchos días, nunca llegó a llenar el saco. Juan, que se había convertido en el niño más querido de todo el hospital, en el más alegre y servicial, terminó curando del todo. Nadie sabía cómo: unos decían que su alegría y su actitud tenían que haberle curado a la fuerza; otros estaban convencidos de que el personal del hospital le quería tanto, que dedicaban horas extra a tratar de encontrar alguna cura y darle los mejores cuidados; y algunos contaban que un par de ancianos millonarios a los que había animado mucho durante su enfermedad, habían pagado un costosísimo tratamiento experimental para él.


El caso es que todos decían la verdad, porque tal y como el payaso había visto ya muchas veces, sólo había que poner un poquito de cielo cada noche en su saco gris para que lo que parecía una vida que se apaga, fueran los mejores días de toda una vida, durase lo que durase.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Esperanza e ilusión


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
La ilusión por hacer el bien hasta el final mejora la actitud vital, y es fuente de esperanza y salud para quienes sufren enfermedades graves, sea cual sea el desenlace.


Ambientación
Un hospital

Personajes
Un niño y un payaso

domingo, 24 de julio de 2011

Cuentos para imaginar: El concurso de belleza


En un precioso jardín vivía la mariposa más bonita del mundo. Era tan bonita y había ganado tantos concursos de belleza, que se había vuelto vanidosa. Tanto que un día, la cucaracha lista se hartó de sus pavoneos y decidió darle una lección.
Fue a ver a la mariposa, y delante de todos le dijo que no era tan bonita, que si ganaba los concursos era porque los jurados estaban comprados, y que todos sabían que la cucaracha era más bella. Entonces la mariposa se enfureció, y entre risas y desprecios le dijo a tí te gano un concurso con el jurado que quieras. "Vale, acepto, nos vemos el sábado", respondió la cucaracha sin darle tiempo. Ese sábado todos fueron a ver el concurso, y la mariposa iba confiada hasta que vio quiénes formaban el jurado: cucarachas, lombrices, escarabajos y chinches. Todos ellos preferían el aspecto rastrero y el mal olor de la cucaracha, que ganó el concurso claramente, dejando a la mariposa tan llorosa y humillada, que nunca más volvió a participar en un concurso de belleza.
Por suerte, la cucaracha perdonó a la mariposa su vanidad y se hicieron amigas, y algún tiempo después la mariposa ganó el premio a la humildad




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Humildad


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
La vanidad desata en los demás de los deseos de proporcionar lecciones de humildad muy dolorosas


Ambientación
Un jardín floreado

Personajes
Una mariposa y una cucaracha

Cuentos para imaginar: Nunca te burles de un rinoceronte


Hubo una vez en la sabana africana, un rinoceronte con mal humor que se enfadaba muy fácilmente. Cierto día, una gran tortuga cruzó por su territorio sin saberlo, y el rinoceronte corrió hacia ella para echarla. La tortuga, temerosa, se ocultó en su caparazón, así que cuando el rinocerante le pidió que se fuera no se movió. Esto irritó mucho al gran animal, que pensó que la tortuga se estaba burlando, y empezó a dar golpes contra el caparazón de la tortuga para hacerla salir. Y como no lo conseguía, empezó a hacerlo cada vez más fuerte, y con su cuerno comenzó a lanzar la tortuga por los aires de un lado a otro, de forma que parecía un rinoceronte jungando al fútbol, pero en vez de balón, usaba una tortuga.
La escena era tan divertida, que enseguida un montón de monos acudieron a verlo, y no paraban de reírse del rinoceronte y su lucha con la tortuga, pero el rinoceronte estaba tan furioso que no se daba ni cuenta. Y así siguio hasta que, cansado de dar golpes a la tortuga sin conseguir nada, paró un momento para tomar aire.
Entonces, al parar su ruido de golpes, pudo oír las risas y el cachondeo de todos los monos, que le hacían todo tipo de burlas. Ni al rinoceronte ni a la tortuga, que se asomó para verlo, les hizo ninguna gracia ver una panda de monos riéndose de ellos, así que se miraron un momento, se pusieron de acuerdo con un gesto, y la tortuga volvió a ocultarse en el caparazón. Esta vez el rinoceronte, muy tranquilo, se alejó unos pasos, miró a la tortuga, miró a los monos, y cogiendo carrerilla, disparó un formidable tortugazo, con tan tremenda puntería, que ¡parecía que estaba jugando a los bolos con los monos burlones!.
El "strike" de monos convirtió aquel lugar en una enfermería de monos llenos de chichones y moratones, mientras que el rinoceronte y la tortuga se alejaban sonriendo como si hubieran sido amigos durante toda la vida... y mientras le ponían sus tiritas, el jefe de los monos pensaba que tenían que buscar mejores formas de divertirse que burlarse de los demás.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Aprender a no burlarse de los demás


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Burlarse de los demás, por divertidas que sean sus situaciones, provoca la ira y el enfado más grande en ellos y su respuesta más violenta

Ambientación
La sabana africana


Personajes
Un rinoceronte, una tortuga y unos monos

Cuentos para imaginar: La excursión


Susana era una niña lista y tímida. Pero como no veía muy bien, llevaba gafas desde que podía recordar; y también desde que podía recordarlo, algunos de sus compañeros de clase se metían con ella y se burlaban de sus gafas de grandes cristales; y había sido el insoportable Luis el que empezó a llamarla Cuatro Ojos, y como era un chico muy popular en la clase, todo el mundo terminó conociéndola por Susana Cuatro Ojos. Ella hacía como que no le importaba, pero realmente no le gustaba nada.
Cierto día hicieron una excursión con el colegio para visitar unas cuevas muy famosas. Todos caminaban en fila india, cuando Luis resbaló y metió el pie en un agujero. En su caida sólo pudo agarrarse a Susana, que caminaba a su lado, y ambos resbalaron durante un buen rato hasta que fueron a parar a una gran caverna. Estaba muy oscuro, y sólo se veía un rayito de luz procedente del techo de la caverna, muchos metros por encima, y algunas raíces y troncos que habrían caido por aquella apertura. Llamaron a voces y gritos, pero nadie acudió. Agazapados y muertos de frío, pasaron una noche oscurísima dentro de la cueva.
A la mañana siguiente, seguían sin haberles encontrado, y sólo el pequeño rayo de luz les dejó ver algo. Luis aprovechó para gritar con más fuerza y tratar de buscar alguna salida, pero no consiguió nada en horas, y empezó a sentir miedo. Debía ser mediodía, porque entonces Susana vio que el rayo entraba recto, directamente hasta el suelo. Rápidamente fue hacia él tomando uno de los troncos, y haciendo una lupa con sus gafas, convirtió aquel rayito en una pequeña llama que encendió la antorcha. Luis, sorprendidísimo y emocionado, tomó algunos troncos y juntos comenzaron a explorar la cueva. Tardaron algún tiempo y quemaron unos cuantos troncos, pero finalmente encontraron una salida. Entre abrazos y gritos de alegría, Luis le dio mil gracias a Susana. Él sabía que no le gustaba nada que le llamara "Cuatro Ojos", y ahora se arrepentía de haberla llamado así, sobre todo después de que gracias a aquellas gafas hubieran podido salir de allí...
Así que cuando por fin vieron a todos los que les buscaban, incluida la policía, y los periodistas les abordaron con preguntas, Luis se adelantó y dijo:
- ¡Qué suerte he tenido! ¡No podía tener mejor compañera de aventuras que Susana Rayo Láser!
Así comenzó a contar la historia, y desde aquel día, no hubo ningún otro "cuatro ojos" en aquel colegio. Eso sí, no preguntes por los "Rayo Láser", porque hay unos cuantos.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Aceptarnos como somos


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
No hacer burla de los rasgos o deficiencias físicas; todos dan lo mejor que tienen, y muchas veces puede ser mucho más de lo que den los más "perfectos"


Ambientación
Una gran cueva

Personajes
Una niña con grandes gafas y un niño

jueves, 21 de julio de 2011

Cuentos para imaginar: El alegre barrendero


Estaban un chico un poco gamberro y sus amigotes pasando el día en un parque de atracciones. Habían ido muy temprano y todo estaba vacío y limpio, cuando vieron al barrandero del parque, cantando y bailando mientras barría. Como todo estaba tan limpio, les hizo mucha gracia verle trabajar tan alegre desde tan pronto, y no dejaron de contar chistes y gastarle bromas pesadas. Pero él no se molestaba y seguía barriendo su limpia calle, así que comenzaron a tirar papeles y bolsas al suelo, "para darle trabajo". Cuando llegaron más visitantes, y vieron al chico y sus amigos tirando bolsas y basura al suelo, pensaron que era uno de los juegos del parque, y lo mismo pensaron los siguientes, y los siguientes, y antes de que nadie pudiera darse cuenta, el parque estaba hasta arriba de basuras, y el buen barrendero no daba abasto.
A nadie parecía importarle, pero empezó a ocurrir algo extraño. Según pasaba el tiempo, las atracciones del parque se iban vaciando, y cada vez había más personas cabizbajas mirando el suelo, hasta que al final del día, nadie hacía cola en los divertidos juegos del parque, y todo el mundo se dedicaba a mirar al suelo. "Pero bueno", se decían los encargados del parque, "¿qué estará pasando?"
Pues... ¡que todos estaban buscando algo!.
Resultó que a lo largo del día, a todo el mundo se le terminó cayando algo al suelo, pero como estaba lleno de bolsas, papeles y suciedad, en cuanto algo caía.. ¡era casi imposible encontrarlo!
Y como aquello no tenía remedio, tuvieron que ponerse de acuedo para limpiar el parque entre todos y luego encontrar sus cosas. Pero animados por el barrendero, lo hicieron cantando y bailando, y le pusieron tantas ganas y fue tan divertido, que desde aquel día crearon un juego nuevo en el parque donde todos, armados de escobas y bolsas, se dedicaban a limpiar un rato riendo y bailando.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Limpieza, orden y alegría en el trabajo


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Es mejor ser ordenado y limpio desde el principio, que tener que limpiar todo al final, y cualquier puede hacerse con alegría e ilusión

Ambientación
Un parque de atracciones

Personajes
Una chico gamberra y un barrendero

Cuentos para imaginar: Popi el alpinista


Popi el alpinista era famoso por sus intentos de escalar la gran montaña nevada. Lo había intentado al menos 30 veces, pero siempre había fracasado. Comenzaba la ascensión a buen ritmo, con la vista puesta en la nieve de la cima, pensando en la maravillosa vista y aquel sentimiento de libertad. Pero a medida que las fuerzas le fallaban, bajaba los ojos, y miraba más a menudo sus desgastadas botas, y finalmente, cuando las nubes le rodeaban, y comprendía que ese día no podría disfrutar de la vista, se sentaba a descansar, aliviado, para comenzar el descenso de vuelta la pueblo, pensando en las bromas que tendría que volver a soportar.


Una de aquellas veces subió acompañado por el viejo Chisco, el óptico del pueblo, que fue testigo del fracaso. Fue el propio Chisco quien más animó a Popi para volver a intentarlo, y le regaló unas gafas oscuras especiales; "si comienza a nublarse, ponte estas gafas, y si comienzar a dolerte los pies, póntelas también; son especiales, te ayudarán".
Popi aceptó el regalo sin darle importancia, pero cuando volvió a sentir el dolor en los pies, lo recordó se puso las gafas. El dolor era muy molesto, pero a través de los cristales podía seguir viendo la cumbre nevada, así que siguió avanzando. Como casi siempre, la mala suerte volvió a aparecer en forma de nubes, pero esta vez eran tan ligeras que podía seguir viendo la cumbre a través de las nubes.
Así siguió Popi escalando, dejó atrás las nubes, olvidó sus dolores y llegó al fin a la cima. Merecía la pena. Su sensación de triunfo fue incomparable, casi tanto como aquella maravillosa vista, custodiada por el silencio y con la montaña rodeada de un denso mar de nubes. Popi no recordaba que fueran tan espesas; entonces miró las gafas cuidadosamente, y lo comprendió todo: Chisco había grabado una difusa imagen en los cristales con la forma de la cumbre nevada, que sólo podía percibirse al dirigir los ojos hacia arriba. Chisco había comprendido que en cuanto Popi perdía de vista su objetivo, se dejaba llevar y perdía la ilusión por seguir subiendo.


Comprendió entonces que el único obstáculo para llegar a la cima había sido su desánimo, el dejar que la imagen de la montaña desapareciera entre los problemas, y agradeció a Chisco que mediante un engaño le hubiera hecho ver que sus objetivos no eran imposibles, y que nunca se habían movido de su sitio.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Motivación y sacrificio


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Muchas veces se abandonan las cosas ante las primeras dificultades por perder de vista lo importante de nuestros objetivos finales

Ambientación
Una montaña


Personajes
Un alpinista y un amigo

Cuentos para imaginar: El zorro bocazas


Pingüino, reno y zorro eran muy amigos. Un día, el pingüino y el reno encuentran un montón de fruta y deciden guardarlo en secreto. Por el camino, se encuentran al zorro, que al verles tan felices les pregunta por qué. Se resisten a contarlo porque es secreto, pero el zorro les pide que confíen en él y lo hacen. Cuando llegan al pueblo, se olvida de su promesa y lo cuenta a todo el mundo. Cuando vuelven el pingüino y el reno por la fruta, los otros animales del pueblo ya se la habían comido. Ese mismo día pingüino y reno encuentran otro lugar lleno de comida, y se repite la misma historia con el zorro. Enfadados por sus traiciones, deciden darle una lección, y al día siguiente le cuentan que han encontrado un lago tan lleno de peces que no hay que esforzarse en cogerlos. El zorro vuelve a traicionarles y cuenta el secreto. Al día siguiente, el zorro aparece lleno de golpes, porque al contarles a todo el mundo lo de los peces, habían ido allí hasta osos polares; pero al no encontrar peces se sintieron engañados y le dieron una buena zurra al zorro
Y el zorro aprendió que la confianza es muy importante, pero que para que puedan confiar en uno, hay que ganarse esa confianza con lealtad, y cumpliendo las promesas. Alguna trampa más le pusieron sus amigos, pero como ya no era un bocazas, el zorro volvió a recuperar la confianza de pingüino y reno, y éstos le perdonaron.




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Confianza, lealtad y discreción


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Un zorro pide que confíen en él, pero no hace méritos para merecerlo, y sus amigos le dan una lección

Ambientación
Paisaje nevado cercano al polo norte

Personajes
Un zorro, un pingüino y un reno



jueves, 14 de julio de 2011

El pirata bueno


Manos Largas era un niño pirata, hijo, nieto y bisnieto de piratas. Él realmente nunca había robado nada ni asaltado ningún barco, pero en su familia todos daban por seguro que sería un pirata de primera. Sin embargo, a Manos Largas no le atraía para nada la idea de dedicarse a robar a la gente. Lo sabía porque de pequeño uno de sus primos le robó uno de sus juguetes favoritos y aquello le había sentado fatal.
Según fue creciendo, el bueno de Manos Largas empezó a angustiarse con la idea de que en cualquier momento surgiera su verdadera personalidad de pirata, y no pudiera evitar dedicarse al robo, al abordaje y los pillajes. Cada mañana, al despertar, se miraba al espejo para ver si se había producido aquella horrible transformación que tanto temía. Pero cada mañana tenía el mismo aspecto de buena persona del día anterior.
Con el tiempo, todos se dieron cuenta de que Manos Largas no era un pirata como los demás, pero era tan larga la tradición familiar de estupendos piratas, que ninguno se atrevía a decir que no era pirata. "Simplemente", decían, "es un pirata bueno", y lo seguían diciendo a pesar de que Manos Largas hubiera estudiado medicina y dedicara sus días a cuidar de los enfermos de la ciudad.
Sin embargo, Manos Largas seguía temiendo convertirse en pirata, y cada mañana seguía mirándose al espejo. Hasta que un día, viéndose viejecito, y mirando a sus hijos y sus nietos, ninguno de los cuales había llegado a ser pirata, se dio cuenta de que ni él ni nadie tenía que ser pirata ni ninguna otra cosa de forma natural ni por obligación. ¡Todos podían ser lo que hicieran de sus vidas! Y él, que había sido lo que había elegido, se sentía profundamente satisfecho de no haber elegido la piratería.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

Valor Educativo
Libertad y superación


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Nadie nace predestinado para ser nada, está en nuestras manos cambiar nuestras vidas día a día.

Ambientación
La época de los piratas

Personajes
Un niño pirata

La poción de la mala vida

Hace muchos, muchos años, todas las personas estaban fuertes y sanas. Hacían comidas muy variadas, y les encantaban la fruta, las verduras y el pescado; diariamente hacian ejercicio y disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar más sano que se podía imaginar, y se notaba en la vida de la gente y de los niños, que estaban llenas de alegría y buen humor. Todo aquello enfadaba terriblemente a las brujas negras, quienes sólo pensaban en hacer el mal y fastidiar a todo el mundo.
La peor de todas las brujas, la malvada Caramala, tuvo las más terrible de las ideas: entre todas unirían sus poderes para inventar una poción que quitase las ganas de vivir tan alegremente. Todas las brujas se juntaron en el bosque de los pantanos y colaboraron para hacer aquel maligno hechizo. Y era tan poderoso y necesitaban tanta energía para hacerlo, que cuando una de las brujas se equivocó en una sola palabra, hubo una explosión tan grande que hizo desaparecer el bosque entero.


La explosión convirtió a todas aquellas malignas brujas en seres tan pequeñitos y minúsculos como un microbio, dejándolas atrapadas en el líquido verde de un pequeño frasco de cristal que quedó perdido entre los pantanos. Allí estuvieron encerradas durante cientos de años, hasta que un niño encontró el frasco con la poción, y creyendo que se trataba de un refresco, se la bebió entera. Las microscópicas y malvadas brujas aprovecharon la ocasión y aunque eran tan pequeñas que no podían hacer ningún daño, pronto aprendieron a cambiar los gustos del niño para perjudicarle. En pocos días, sus pellizquitos en la lengua y la boca consiguieron que el niño ya no quisiera comer las ricas verduras, la fruta o el pescado; y que sólo sintiera ganas de comer helados, pizzas, hamburguesas y golosinas. Y los mordisquitos en todo el cuerpo consiguieron que dejara de parecerle divertidísimo correr y jugar con los amigos por el campo y sólo sientiera que todas aquellas cosas le cansaban, así que prefería quedarse en casa sentado o tumbado.
Así su vida se fue haciendo más aburrida, comenzó a sentirse enfermo, y poco después ya no tenía ilusión por nada; ¡la maligna poción había funcionado!. Y lo pero de todo, las brujas aprendieron a saltar de una persona a otra, como los virus, y consiguieron que el malvado efecto de la poción se convirtiera en la más contagiosa de las enfermedades, la de la mala vida.


Tuvo que pasar algún tiempo para que el doctor Sanis Saludakis, ayudado de su microscopio, descubriera las brujitas que causaban la enfermedad. No hubo vacuna ni jarabe que pudiera acabar con ellas, pero el buen doctor descubrió que las brujitas no soportaban la alegría y el buen humor, y que precisamente la mejor cura era esforzarse en tener una vida muy sana, alegre y feliz. En una persona sana, las brujas aprovechaban cualquier estornudo para huir a toda velocidad.
Desde entonces, sus mejores recetas no eran pastillas ni inyecciones, sino un poquitín de esfuerzo para comer verduras, frutas y pescados, y para hacer un poco de ejercicio. Y cuantos pasaban por su consulta y le hacían caso, terminaban curándose totalmente de la enfermedad de la mala vida.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Aunque cueste un poco, para llevar una vida sana y feliz, hay que comer un poco de todo y hacer algo de ejercicio

Valor educativo
vida sana

Ambientación
El bosque de las brujas


Personajes
Unas brujas malvadas, un niño y un doctor

miércoles, 13 de julio de 2011

Cuentos: Los hermanos enfadados


Había una vez dos hermanos que eran estupendos amigos y siempre jugaban juntos. Pero un día tuvieron una discusión tan grande por uno de sus juguetes, que decidieron que a partir de aquel día cada uno jugaría con sus cosas.
Como tenían tantas cosas y tantos juguetes, se pusieron de acuerdo para dedicar el día siguiente a aclarar de quién era cada cosa. Así lo hicieron, haciendo cada uno un montón con sus cosas, pero cuando acabaron con los juguetes grandes, tocaron los juguetes pequeños, y como no les daba tiempo, lo dejaron para el día siguiente. Y al día siguiente sucedió lo mismo, porque empezaron a repartirse los lugares de la casa. Y lo mismo ocurrió un día tras otro, así que todo el tiempo andaban enfadados decidiendo quién tenía derecho a usar cada cosa que veían, ya fuera un animal, un árbol o incluso una piedra. Al final, habían acumulado dos verdaderas montañas de cosas ante sus casas.


Con el paso de los años, no cambió nada: cada mañana se juntaban para dividirse en mundo entre discusiones. Así se fueron haciendo viejecitos, y todo el mundo los conocía como los viejos gruñones, porque siempre andaban enfadados y protestando, y nadie los había visto nunca sonreir.
Hasta que una mañana se encontraron todas sus cosas totalmente mezcladas. ¡Alguien había estado en sus montañas y lo había mezclado todo! ¡con lo que había costado separalo! Enfadadísimos, se pusieron a buscar a los culpables, y no tardaron en encontrar un par de niños jugando entre las montañas de cosas- Ambos estaban jugando juntos, tocándolo todo,sin importarles si mezclaban las cosas o no. Y se veían realmente felices, disfrutando a lo grande.


Fue entonces, muchos, muchos años después, cuando los dos viejos gruñones se dieron cuenta de la tontería que habían hecho: ¡habían dejado de jugar toda la vida sólo para ver con qué iban a jugar! Y se sintieron muy tristes, por haber dejado pasar su vida enfadados y sin jugar; pero a la vez estaban contentos, porque se habían dado cuenta, y dedicaron ese día y todos los que les quedaron a jugar junto a aquellos dos niños, mezclándolo todo y compartiéndolo todo. Y hasta dejaron de llamarles gruñones, para llamarles los locos juguetones




Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Valor Educativo
Saber compartir


Elementos principales
Idea y enseñanza principal
Cuando nos preocupamos más de controlar lo que tenemos que de disfrutarlo, todos salimos perdiendo

Ambientación
Un pueblo

Personajes
Dos hermanos

Fuente:cuentosparadormir

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